VALENTINA LEPE Y CRISTÓBAL BELTRÁN, CREADORES DE CASA MEKERO Y EMPRENDEDORES DESTACADOS DE PLAZA ÑUÑOA

24/02/25

Valentina Lepe y Cristóbal Beltrán, son los dueños y socios de «Casa Mekero», un espacio de trabajo colaborativo, ubicado en Manuel de Salas 181, en el corazón de Plaza Ñuñoa, donde múltiples emprendimientos de la comuna se reúnen día a día para hacer realidad sus proyectos. Dentro de esta casa llena de vida, hay una diversidad de salones, patios y talleres donde se realizan distintos tipos de manualidades, que incluyen pintura, cerámica, mosaico creativo, confección de accesorios y prendas de vestir, entre otros. Pero eso no es todo ya que en este lugar también hay un vivero, una cafetería y además los emprendimientos realizan distintos tipos de talleres artísticos abiertos a todo público. 

Pero, ¿cómo comenzaron a emprender? Valentina y Cristóbal se conocieron en la universidad, cuando ambos estudiaban ingeniería civil industrial. Como proyecto de tesis, en el año 2018, comenzaron a crear uno de los múltiples emprendimientos que hoy uno encuentra en Casa Mekero, se trata de dos tipos de maceteros inteligentes. 

El primero de ellos lleva por nombre “Rokita inteligente”, es fabricado con el apoyo de impresoras 3D, y posee una luz led programable, un estanque de riego por capilaridad y sensor de humedad, entre otras características. El segundo, denominado “Akuaraíz”, es fabricado a partir de la reutilización de botellas y tiene como gran característica la sustentabilidad, el autorriego y un precio más asequible para la ciudadanía. Ambas opciones son una solución ideal para quienes necesitan una ayuda en el riego de sus plantas, y les permitieron a Valentina y Cristóbal ganar 3 fondos CORFO, los dos primeros para el diseño y fabricación de las innovaciones, y el tercero para consolidarse y expandirse, mediante la adquisición de maquinaria para aumentar la producción. 

Sin embargo, tras la creación del primero de sus maceteros, Valentina Lepe, comenta que identificaron la dificultad que existe para fabricar de manera local (…) “es muy caro y difícil fabricar acá, así que de a poco fuimos cambiando el nicho, creando opciones algo más sencillas, siempre cuidando para que ojalá sean lo más sustentables posible, ya sea con vidrio reutilizado, con plástico PLA sustentable o plástico reciclado”. 

El nacimiento de Casa Mekero 

En abril del 2023, Valentina y Cristóbal, se enteraron que la empresa de ingeniería eléctrica con la cual compartían la casa había quebrado y dejaban el lugar, por lo que decidieron invitar a emprendedores a hacer uso de las instalaciones. “De a poco nos fuimos haciendo cargo y tomándonos el espacio. Al principio pensábamos hacer un hub de innovación, pero nos dimos cuenta que había mucha gente que hacía oficios, que fabricaba cosas, que necesitaba un espacio, porque estaban saliendo de sus casas y profesionalizándose, y así fue como comenzamos a ocupar los espacios. Primero llegó la Cata que hace cerámica, la Nina que hace mosaico, la Kathy con su reciclaje textil, la Isa que trabaja con cuero, y también se sumaron un par de fundaciones que son de educación digital que tienen sus oficinas con nosotros”, detalló Valentina quien agregó que uno de los beneficios de la casa ha sido “generar comunidad, generar un vínculo y saludarnos como vecinos y que la gente pueda venir a aprender un oficio”. 

Actualmente Casa Mekero, además de ser un espacio de trabajo, también es una vitrina para la venta de emprendimientos, una cafetería y un vivero, donde las y los vecinos pueden ir a pasar el rato, tomarse un té o café, comprar distintos artículos de decoración o diversidad de plantas, además de participar en las clases artísticas que imparten los talleres, todo lo anterior desde una perspectiva del menor impacto ambiental posible, con fabricación local y fomentando una economía circular inclusiva, aseguran sus socios fundadores. 

En esta línea, Cristóbal Beltrán, socio de Casa Mekero, no se imaginaba que lograrían todo esto: “Estaba muy lejos de lo que yo pensé que íbamos a tener, especialmente por la comunidad que hemos logrado formar dentro de este espacio. Hoy la gente lo valora, se siente acogida y apropiada de ir echándole para adelante, de seguir apoyando las ideas que vamos teniendo (…) No me hubiera imaginado abriendo un nuevo negocio, el hecho que estamos incorporados dentro del barrio, y también con la gente que le pone de su propia cosecha para sacarlo adelante, porque comparten una visión que nosotros teníamos como personas individuales y que hoy se transformó en una visión de comunidad”. 

“Trabajar aquí ha sido muy bacán, la casa tiene muy buena energía y hay mucho trabajo colaborativo (…) esto ha sido como un puzzle, donde la casa la hemos levantado entre todos, a puro ñeque”, comentó Isa, emprendedora que trabaja en cuero, quien agregó que, “la casa es hermosa, está en el corazón de Ñuñoa y de estas casas hay cada vez menos, así que la idea es mantenerla, darle vida y que la gente encuentre aquí un lugar donde pasar el rato, venir a leer, tomarse un café, realizar un taller, trabajar, venir con la familia y a vivir la casa, esa es la idea”. 

Más información en https://mekero.cl/